El calendario es una cuenta sistematizada del transcurso del tiempo utilizado para la organización cronológica de las actividades humanas.
Antiguamente, muchos estaban basados en los ciclos lunares, perdurando su uso en el calendario musulmán, en la fecha de varias fiestas religiosas cristianas y en el uso de la semana (correspondiente a las cuatro fases lunares, aproximadamente).
En la actualidad, la mayor parte de los calendarios tienen por referencia el ciclo que describe la Tierra alrededor del Sol y se denominan calendarios solares.
Histología
Para los primeros hombres los ritmos del día y de la noche, y de las
fases de la Luna se destacaron aún con su conocimiento más rudimentario. La
lunación es el medio más evidente de ordenar los días, de los que ella agrupa
unos 30 . Por ello todos los primeros calendarios fueron lunares.
Pero los sociedades agrícolas tuvieron necesidad de establecer un
calendario que rija las siembras y las cosechas. Así se pudo comprobar la
relación entre el curso anual del Sol y las estrellas. Al componer un
calendario basado en el curso anual del Sol, las primeras civilizaciones
desarrollaron un calendario luni-solar donde hay 12 lunaciones en un año lo que
condujo a un año de 12 meses de 30 días.
El mes lunar (o lunación) es el intervalo de tiempo transcurrido entre
dos lunas nuevas consecutivas y su duración es algo mayor de 29 días. Desde
tiempos remotos, el mes lunar tuvo gran importancia debido a que la mayoría de
las fiestas y solemnidades religiosas se fijaban tomando como base las fases de
la Luna.
El calendario es por lo tanto un sistema de medida del tiempo por medio
de ciclos astronómicos importantes, como los días (rotación de la tierra sobre
si mismo), meses (períodos de la fases lunares), y años (traslación de la
Tierra alrededor del Sol).
Pero la utilización de estas unidades conduce a problemas si se quiere
combinarlos unos con otros. Así, por ejemplo, la traslación de la Tierra
alrededor del Sol, denominado año trópico o año de las estaciones,
que corresponde a 365d 5h 48m 46s que es igual a 365,2422 días, no contiene un
número entero de períodos de rotación de la Tierra. Tampoco el período de las
fases de la Luna que es de 29,53 días, no contiene un número entero de días, ni
tampoco un año contiene un número entero de fases lunares.
La combinación de estos 3 ciclos astronómicos conduce a varios tipos de
calendarios: solares, lunisolares o lunares, según cuales períodos se toman en
consideración.
Como dijimos, las unidades naturales de tiempo son el día, el mes y el
año. El día es demasiado corto para medir período largos, tales, como por
ejemplo, la vida de un hombre, y lo mismo ocurre con el mes, de modo que para
fines cronológicos se emplea el año trópico. Al mismo tiempo, algunas fiestas
están relacionadas con los cambios de la Luna (por ejemplo las Pascuas), lo que
ha introducido una perturbación constante para poner de acuerdo el mes lunar
con el año.
Si el mes lunar durase exactamente 30 días y el año trópico 360 días, no
hubiese habido dificultades en el empleo de estas unidades, pero esto no es
así.
Como es de gran importancia e interés que las estaciones y demás
fenómenos naturales ocurran todos los años en las mismas fechas, se ha
establecido un conjunto de reglas y convenciones para lograr la mayor
concordancia posible entre el año civil y las distintas unidades naturales
(día, mes, año trópico, etc.), y al conjunto de reglas establecidas para dicho
fin se la denomina calendario. En general, durante los tiempos antiguos
el calendario estaba en manos de los sacerdotes, y como era predominantemente
lunar, las estaciones o bien tenían lugar en diversas épocas del año, o bien se
ajustaban en el lugar debido intercalando o suprimiendo los meses que hiciese
falta.
Los calendarios diferían de un país a otro, y además se han ido modificando
con el transcurso del tiempo. Los griegos adoptaron el año de 360 días dividido
en 12 meses de 30 días cada uno. Posteriormente y hasta la época de Solón, unos
600 años a.C., contaban dos años de 12 meses y uno de 13, al que se denominaba trietérico.
Más tarde trataron de lograr la coincidencia de la duración del año y de los
meses con los movimiento del Sol y de la Luna, mediante la introducción de un
ciclo llamado ciclo de metón. Este ciclo consta de un período de 19 años
trópicos durante los cuales las fases de la Luna se suceden 235 veces; se
observa que si se divide el período de 235 lunaciones por 19 años trópicos, la
duración de cada uno de éstos es bastante exacta para todos los usos civiles.
El ciclo de metón es utilizado para determinar la fecha de Pascua, fiesta
religiosa del calendario cristiano que se establece según las fases de la Luna.
La Pascua coincide con el primer domingo que sigue a la primer Luna
Llena que tiene lugar después que el Sol pasa por el punto vernal, o sea por el
equinoccio de primavera para el hemisferio norte (aproximadamente el 21 de
marzo). Como las fases de la Luna se suceden periódicamente según el ciclo de
metón, resulta que la fecha de la Luna Llena correspondiente a la Pascua, se
repite al cabo de dicho intervalo (19 años). La fecha de Pascua oscila de año
en año y puede ocurrir en cualquier día entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
Calendario Juliano
Cuando llegó al poder Julio Cesar en el año 46 a..C. encontró el
calendario romano en un estado de enorme desorden. Recurrió entonces a los
consejos del astrónomo alejandrino Sosígenes y de acuerdo a sus indicaciones
estableció, en el año 45 a.C., el llamado calendario juliano, que con
ligeras modificaciones continúa usándose en casi todas las naciones. Prescindió
por completo de la Luna y adoptó para la duración verdadera del año solar la de
365,25 días, que se denominó año juliano. Contaba con 12 meses de 30 y 31 días,
excepto febrero, de 29 días, lo que hacía un total de 365 días por año. Para
satisfacer estar reformas, se intercalaron 85 días al año 46 a.C. (año 708 de
la fundación de Roma), resultando un año de 445 días, conocido como el año de
la confusión. El modelo empleado por Julio Cesar para hacer sus reformas fue el
calendario egipcio; pero a diferencia del año solar egipcio, que era inmutable,
el calendario juliano variaba cada cuatro años. Ordenó que cada cuatro años
habría uno de 366 días, agregándose el día adicional entre el 23 y el 24 de
febrero. A los años que cuentan con dicho día adicional se los llamó bisiestos.
También trasladó el principio del año al día uno de enero, que hasta entonces
había comenzado en marzo, como lo indica claramente el nombre de algunos meses,
como septiembre, esto es, séptimo mes, o noviembre, noveno mes.
Posteriormente, el cónsul Marco Antonio, sustituyó el nombre del mes
quintilis, dándole el nombre de julio, en honor de Julio Cesar. En el año 24
a.C., el senado romano cambió el nombre al mes sextilis, llamándolo Augusti, en
honor del emperador Cesar Augusto, sucesor de Julio Cesar, mes que más tarde se
transformó su nombre en agosto. Luego se le quitó un día a febrero para
añadírselo a agosto y hacerlo así tan largo como julio; de esa manera, el mes
de febrero se redujo a 28 días para compensar el aumento a 31 días que sufrió
el mes de agosto. El año juliano alcanzó entonces su forma definitiva en el año
8 d.C.
Calendario Gregoriano
La verdadera duración del año <EMTR&OACUTE;PICO< EM>no es
de 365,25 días, como lo fija el calendario juliano, sino de 365d 5h 48m 46s, lo
que hace que el año juliano sea 11m 14s más largo que el año trópico, ésto es
unos 0,008 días más, de tal manera que gana 1 día cada 125 años. Como
consecuencia, en el calendario juliano la fecha del equinoccio de otoño se fue
anticipando cada vez más, hasta que en el año 1582 tuvo lugar el 11 de marzo,
en vez del día 21 como había sucedido en la época del Concilio de Nicea (año
325), el cual haba regulado el calendario eclesiástico de acuerdo al juliano.
Por esto, el Papa Gregorio XIII, aconsejado por el astrónomo Aloysius Lilius y
por el jesuita Cristobal Clavius, ordenó que se corrigiera el calendario. A la
cuenta de los días según el viejo calendario juliano se le suprimieron diez
días, de modo que el día inmediato al 4 de octubre de 1582 sería el día 15 en vez
del 5. Además, para evitar el desplazamiento futuro del equinoccio, decretó que
en lo sucesivo, en los años seculares o centurias sólo serían bisiestos
aquellas cuyas centenas sean divisibles por 4 (de esta manera, los años 1900 y
2100 no son bisiestos y sí lo son los años 2000 y 2400). Esta reforma fue
adoptada inmediatamente por todos los países católicos, pero la iglesia griega
y la mayor parte de las naciones protestantes rehusaron reconocer la autoridad
del Papa, aunque modificaron el calendario en años posteriores.
Calendario Gregoriano.
En la actualidad, como los años 1800 y 1900 fueron bisiestos en el
calendario juliano y no lo fueron en el gregoriano, la diferencia entre ambos
calendarios es de unos 13 días. Con las modificaciones mencionadas, el
calendario en vigencia tiene una duración de 365,2425 días solares. La
diferencia con respecto al año trópico es muy pequeña (0,0003 días), que sólo
llegaría a acumular un día en alrededor de 3.300 años, razón por la cual no es
un problema que sea necesario considerar a corto plazo.
Características de algunos calendarios primitivos
BABILONIA EGIPTO CHINA
Se basaba en la Luna; el mes comenzaba con el cuarto creciente. Tenía meses de 29 y 30 días alternativamente. Este calendario lunar tenía grandes dificultades para ser ajustado con el ciclo de las estaciones. Tenía un año de 360 días, compuesto de 12 meses aunque luego se introdujeron 5 días intercalables. Como se trataba de un año desplazado respecto de las estaciones pronto hallaron que en realidad el año debía de ser 365 y un cuarto. Los días se agrupaban por sesentavas y el año fue de 366 días; aunque luego pudieron comprobar que se trataba de 365 y cuarto. Era un calendario esencialmente lunar; pero se ajusto por medio de meses intercalables. El año estaba dividido en 12 partes iguales.
Calendario Perpetuo
El calendario perpetuo es un sistema calendario que permite determinar, de una manera sencilla, el día de la semana para cualquier fecha, dentro de un largo rango de años que usualmente abarca muchos siglos.
También se pueden considerar como calendarios perpetuos las reformas calendarías y los diferentes sistemas calendarios.
Tipos de calendarios perpetuos
Los calendarios perpetuos consistían originalmente en una serie de tablas que permitían calcular el día de la semana de una fecha. Más recientemente se han hecho calendarios perpetuos implementados como dispositivos mecánicos, electrónicos, digitales, o programas de computadora.
En los calendarios perpetuos en tablas, se usan varias tablas maestras para ayudar a conocer el día de la semana de una fecha. El uso de estas tablas evita hacer los cálculos complejos, ya que éstos están implícitos en la propia estructura de las tablas.
La forma exacta para usarlos varía de un calendario perpetuo a otro, pero, en líneas generales, de acuerdo a la fecha que se tenga, hay que hacer una serie de búsquedas y cálculos aritméticos sencillos, dando como resultado un número, que nos llevará a otra tabla en donde habrá que buscar otro número y calcular nuevamente, hasta que al final se llega a una última tabla en donde está el día de la semana de la fecha, (domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes ó sábado).
Para conocer la distribución de las fechas en un año determinado se debe identificar primero el año deseado en las Tablas 3.1 o 3.2, en ellas se busca la letra de referencia que identifica ese año. Las columnas de dichas tablas consignan los tres primeros dígitos que definen el año, el cuarto dígito debe buscarse entrando por las filas.
Para ubicar cierto mes del año seleccionado, se debe entrar en la Tabla 3.3 buscando la letra de referencia de ese año en la fila correspondiente al mes elegido. la ubicación de dicha letra en determinada columna define el mes calendario respectivo, identificado por un número romano al pie de la columna específica. Por último, se busca el modelo correspondiente al número romano en los calendarios que siguen a las tablas.
Día Juliano (DJ)
Para simplificar los cálculos astronómicos y no utilizar años, meses y
días en el cómputo del tiempo, Joseph Scaliger sugirió en 1582 utilizar una
escala de tiempo sólo en días, y lo denominó período juliano o días julianos. Toma como inicio de este cómputo el 1º de enero del año 4713 a. C. a las 12 horas. Las horas, minutos y segundos se agregan como decimales en la fracción del día juliano correspondiente. De esta manera el lº de enero de 2003 a las 0 hora es el DJ 2452640,5 .
El calendario es una cuenta sistematizada del transcurso del tiempo utilizado para la organización cronológica de las actividades humanas.
Antiguamente, muchos estaban basados en los ciclos lunares, perdurando su uso en el calendario musulmán, en la fecha de varias fiestas religiosas cristianas y en el uso de la semana (correspondiente a las cuatro fases lunares, aproximadamente).
En la actualidad, la mayor parte de los calendarios tienen por referencia el ciclo que describe la Tierra alrededor del Sol y se denominan calendarios solares.
Histología
Para los primeros hombres los ritmos del día y de la noche, y de las
fases de la Luna se destacaron aún con su conocimiento más rudimentario. La
lunación es el medio más evidente de ordenar los días, de los que ella agrupa
unos 30 . Por ello todos los primeros calendarios fueron lunares.
Pero los sociedades agrícolas tuvieron necesidad de establecer un
calendario que rija las siembras y las cosechas. Así se pudo comprobar la
relación entre el curso anual del Sol y las estrellas. Al componer un
calendario basado en el curso anual del Sol, las primeras civilizaciones
desarrollaron un calendario luni-solar donde hay 12 lunaciones en un año lo que
condujo a un año de 12 meses de 30 días.
El mes lunar (o lunación) es el intervalo de tiempo transcurrido entre
dos lunas nuevas consecutivas y su duración es algo mayor de 29 días. Desde
tiempos remotos, el mes lunar tuvo gran importancia debido a que la mayoría de
las fiestas y solemnidades religiosas se fijaban tomando como base las fases de
la Luna.
El calendario es por lo tanto un sistema de medida del tiempo por medio
de ciclos astronómicos importantes, como los días (rotación de la tierra sobre
si mismo), meses (períodos de la fases lunares), y años (traslación de la
Tierra alrededor del Sol).
Pero la utilización de estas unidades conduce a problemas si se quiere
combinarlos unos con otros. Así, por ejemplo, la traslación de la Tierra
alrededor del Sol, denominado año trópico o año de las estaciones,
que corresponde a 365d 5h 48m 46s que es igual a 365,2422 días, no contiene un
número entero de períodos de rotación de la Tierra. Tampoco el período de las
fases de la Luna que es de 29,53 días, no contiene un número entero de días, ni
tampoco un año contiene un número entero de fases lunares.
La combinación de estos 3 ciclos astronómicos conduce a varios tipos de
calendarios: solares, lunisolares o lunares, según cuales períodos se toman en
consideración.
Como dijimos, las unidades naturales de tiempo son el día, el mes y el
año. El día es demasiado corto para medir período largos, tales, como por
ejemplo, la vida de un hombre, y lo mismo ocurre con el mes, de modo que para
fines cronológicos se emplea el año trópico. Al mismo tiempo, algunas fiestas
están relacionadas con los cambios de la Luna (por ejemplo las Pascuas), lo que
ha introducido una perturbación constante para poner de acuerdo el mes lunar
con el año.
Si el mes lunar durase exactamente 30 días y el año trópico 360 días, no
hubiese habido dificultades en el empleo de estas unidades, pero esto no es
así.
Como es de gran importancia e interés que las estaciones y demás
fenómenos naturales ocurran todos los años en las mismas fechas, se ha
establecido un conjunto de reglas y convenciones para lograr la mayor
concordancia posible entre el año civil y las distintas unidades naturales
(día, mes, año trópico, etc.), y al conjunto de reglas establecidas para dicho
fin se la denomina calendario. En general, durante los tiempos antiguos
el calendario estaba en manos de los sacerdotes, y como era predominantemente
lunar, las estaciones o bien tenían lugar en diversas épocas del año, o bien se
ajustaban en el lugar debido intercalando o suprimiendo los meses que hiciese
falta.
Los calendarios diferían de un país a otro, y además se han ido modificando
con el transcurso del tiempo. Los griegos adoptaron el año de 360 días dividido
en 12 meses de 30 días cada uno. Posteriormente y hasta la época de Solón, unos
600 años a.C., contaban dos años de 12 meses y uno de 13, al que se denominaba trietérico.
Más tarde trataron de lograr la coincidencia de la duración del año y de los
meses con los movimiento del Sol y de la Luna, mediante la introducción de un
ciclo llamado ciclo de metón. Este ciclo consta de un período de 19 años
trópicos durante los cuales las fases de la Luna se suceden 235 veces; se
observa que si se divide el período de 235 lunaciones por 19 años trópicos, la
duración de cada uno de éstos es bastante exacta para todos los usos civiles.
El ciclo de metón es utilizado para determinar la fecha de Pascua, fiesta
religiosa del calendario cristiano que se establece según las fases de la Luna.
La Pascua coincide con el primer domingo que sigue a la primer Luna
Llena que tiene lugar después que el Sol pasa por el punto vernal, o sea por el
equinoccio de primavera para el hemisferio norte (aproximadamente el 21 de
marzo). Como las fases de la Luna se suceden periódicamente según el ciclo de
metón, resulta que la fecha de la Luna Llena correspondiente a la Pascua, se
repite al cabo de dicho intervalo (19 años). La fecha de Pascua oscila de año
en año y puede ocurrir en cualquier día entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
Calendario Juliano
Cuando llegó al poder Julio Cesar en el año 46 a..C. encontró el
calendario romano en un estado de enorme desorden. Recurrió entonces a los
consejos del astrónomo alejandrino Sosígenes y de acuerdo a sus indicaciones
estableció, en el año 45 a.C., el llamado calendario juliano, que con
ligeras modificaciones continúa usándose en casi todas las naciones. Prescindió
por completo de la Luna y adoptó para la duración verdadera del año solar la de
365,25 días, que se denominó año juliano. Contaba con 12 meses de 30 y 31 días,
excepto febrero, de 29 días, lo que hacía un total de 365 días por año. Para
satisfacer estar reformas, se intercalaron 85 días al año 46 a.C. (año 708 de
la fundación de Roma), resultando un año de 445 días, conocido como el año de
la confusión. El modelo empleado por Julio Cesar para hacer sus reformas fue el
calendario egipcio; pero a diferencia del año solar egipcio, que era inmutable,
el calendario juliano variaba cada cuatro años. Ordenó que cada cuatro años
habría uno de 366 días, agregándose el día adicional entre el 23 y el 24 de
febrero. A los años que cuentan con dicho día adicional se los llamó bisiestos.
También trasladó el principio del año al día uno de enero, que hasta entonces
había comenzado en marzo, como lo indica claramente el nombre de algunos meses,
como septiembre, esto es, séptimo mes, o noviembre, noveno mes.
Posteriormente, el cónsul Marco Antonio, sustituyó el nombre del mes
quintilis, dándole el nombre de julio, en honor de Julio Cesar. En el año 24
a.C., el senado romano cambió el nombre al mes sextilis, llamándolo Augusti, en
honor del emperador Cesar Augusto, sucesor de Julio Cesar, mes que más tarde se
transformó su nombre en agosto. Luego se le quitó un día a febrero para
añadírselo a agosto y hacerlo así tan largo como julio; de esa manera, el mes
de febrero se redujo a 28 días para compensar el aumento a 31 días que sufrió
el mes de agosto. El año juliano alcanzó entonces su forma definitiva en el año
8 d.C.
Calendario Gregoriano
La verdadera duración del año <EMTR&OACUTE;PICO< EM>no es
de 365,25 días, como lo fija el calendario juliano, sino de 365d 5h 48m 46s, lo
que hace que el año juliano sea 11m 14s más largo que el año trópico, ésto es
unos 0,008 días más, de tal manera que gana 1 día cada 125 años. Como
consecuencia, en el calendario juliano la fecha del equinoccio de otoño se fue
anticipando cada vez más, hasta que en el año 1582 tuvo lugar el 11 de marzo,
en vez del día 21 como había sucedido en la época del Concilio de Nicea (año
325), el cual haba regulado el calendario eclesiástico de acuerdo al juliano.
Por esto, el Papa Gregorio XIII, aconsejado por el astrónomo Aloysius Lilius y
por el jesuita Cristobal Clavius, ordenó que se corrigiera el calendario. A la
cuenta de los días según el viejo calendario juliano se le suprimieron diez
días, de modo que el día inmediato al 4 de octubre de 1582 sería el día 15 en vez
del 5. Además, para evitar el desplazamiento futuro del equinoccio, decretó que
en lo sucesivo, en los años seculares o centurias sólo serían bisiestos
aquellas cuyas centenas sean divisibles por 4 (de esta manera, los años 1900 y
2100 no son bisiestos y sí lo son los años 2000 y 2400). Esta reforma fue
adoptada inmediatamente por todos los países católicos, pero la iglesia griega
y la mayor parte de las naciones protestantes rehusaron reconocer la autoridad
del Papa, aunque modificaron el calendario en años posteriores.
Calendario Gregoriano. |
En la actualidad, como los años 1800 y 1900 fueron bisiestos en el calendario juliano y no lo fueron en el gregoriano, la diferencia entre ambos calendarios es de unos 13 días. Con las modificaciones mencionadas, el calendario en vigencia tiene una duración de 365,2425 días solares. La diferencia con respecto al año trópico es muy pequeña (0,0003 días), que sólo llegaría a acumular un día en alrededor de 3.300 años, razón por la cual no es un problema que sea necesario considerar a corto plazo.
Características de algunos calendarios primitivos
BABILONIA | EGIPTO | CHINA |
Se basaba en la Luna; el mes comenzaba con el cuarto creciente. Tenía meses de 29 y 30 días alternativamente. Este calendario lunar tenía grandes dificultades para ser ajustado con el ciclo de las estaciones. | Tenía un año de 360 días, compuesto de 12 meses aunque luego se introdujeron 5 días intercalables. Como se trataba de un año desplazado respecto de las estaciones pronto hallaron que en realidad el año debía de ser 365 y un cuarto. | Los días se agrupaban por sesentavas y el año fue de 366 días; aunque luego pudieron comprobar que se trataba de 365 y cuarto. Era un calendario esencialmente lunar; pero se ajusto por medio de meses intercalables. El año estaba dividido en 12 partes iguales. |
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